Un programa de inteligencia artificial capaz de reconocer las emociones de los alumnos en tiempo real durante sus clases virtuales podría ayudar a los docentes a detectar si están comprendiendo la materia o prestan suficiente atención a las explicaciones.
La tecnología, desarrollada por una empresa de Hong Kong, funciona a través de la webcam y registra el movimiento de ojos, cejas y boca. A partir de esos parámetros, el software determina emociones como felicidad, enfado, tristeza, sorpresa o disgusto con un 85% de acierto.
Ya en 2019 se realizaron algunos expertos de computación cognitiva en la Escuela de Administración y Negocios de la Universidad Austral Argentina. Este proyecto, que se limitó al ámbito experimental, halló que las personas fruncen el ceño solo el 30% de las veces que están enfadadas: es decir que 7 de cada 10 veces que están enojadas no se puede adivinar por sus gestos.
«Esto es útil para darle feedback también al profesor, lo que más nos interesa es potenciar el aprendizaje a distancia. Ver cómo se generan dinámicas grupales cuando estás trabajando online». En los últimos años la industria del reconocimiento y detección de emociones ha experimentado un enorme crecimiento y se calcula que para 2024 mueva unos 56 mil millones de dólares en todo el mundo.
